Una vez muerto el arquitecto Gaudí, el proyecto de la Sagrada Familia se queda con solo cuatro personas que lo defienden, ante la embestida del obispo Irurita, contrario al templo, y que estableció una parroquia en la iglesia sin dar cuenta ni tan solo a la Junta de Obras.
La mayor parte de los hechos relatados se encuentran en la ‘Carta abierta’ que el 15 de diciembre de 1935 publica el propio Secretario cesado de la Junta de Obras, Joan Martí Matlleu.